martes, 4 de enero de 2011

CRÍTICA: “BABY SHOWER” (2011)


Por Wladimyr Valdivia W.

Gracias a los amigos de Alta Comunicación, tuvimos la posibilidad de asistir a la Avant Premier en Antofagasta de “Baby Shower”, la ópera prima de Pablo Illanes, destacado guionista de las teleseries nocturnas “Alguien te Mira” y “¿Dónde Está Elisa?”, ambas de TVN, y de las inolvidables “Adrenalina” (1996) y “Fuera de Control” (1999). No es casualidad que hayan decidido probar la película antes de su estreno nacional en esta ciudad. Antofagasta es una de las regiones que más gente lleva al cine y una de las mejores plazas (probablemente porque en la ciudad, no hay mucho de donde elegir para entretenerse). Con la sala repleta y con la presencia de su director y de las actrices Patricia López, Kiki Rojo, y de la mismísima Kathy Winter, comenzaba la función.

Precedida de un marketing viral a más no poder, “Baby Shower” cuenta la historia de Ángela (Ingrid Isensee), una mujer a punto de concebir mellizos quien, tras una complicada depresión, pasa sus días en el campo Los Cipreses, acompañada por la armónica profundidad del bosque, y junto a un impertérrito criado. Allí, llegan Claudia (Francisca Merino), Manuela (Kiki Rojo) y Olivia (Claudia Burr), tres amigas de su infancia con quien vienen a pasar el día, a modo de Baby Shower.

La primera escena nos introduce a Ángela en medio del bosque junto a Soledad (Patricia López), líder de una comunidad llamada “Unión del Conocimiento Universal”, quienes profesan un extraño culto para la sanación del alma y la (aparente) armonía corporal. Tras la extrañeza de sus amigas ante el cambio de vida de Ángela, el grupo se ve enfrentado a un inesperado misterio: Ángela recibe una llamada telefónica y se entera que una de sus amigas presentes en la casa, se iría de viaje al día siguiente con Felipe (Nicolás Alonso), su pareja y padre de los bebés. Así, comienza a desarrollarse un incómodo encuentro, en dónde todas niegan la situación y Ángela está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias para descubrir quién la ha traicionado. Pero ellas no están solas en el bosque. El grupo de sanación resultaba ser un culto al sacrificio dedicado a cometer horribles crímenes, quienes se interpondrán entre Ángela y sus amigas, hasta conseguir su objetivo.

Resulta imposible comparar un film de estas características con cintas tradicionales de acción, drama o comedia. Una película de género se enfrenta a sus propios códigos, más aún cuando se trata de una disciplina tan explícita (no por ello menos compleja a la hora de filmar e interpretar) como es el cine gore. Violencia gráfica, torturas, mutilaciones y escenas de alto contenido sexual (violación incluida al más puro estilo “Irreversible”, nada menos) son los hitos de esta cinta, que bebe del torture porn (sexo y violencia) y el splatstick (humor y violencia), estilos nacidos en los años 60 y que hoy se conoce de manera genérica como cine splatter, sub género del gore en donde la sangre y el horror visual son los protagonistas y la trama subyace bajo la incomodidad del espectador, dejando en segundo plano cualquier atisbo de línea narrativa y sub realidad de cada uno de los personajes. Imposible no traernos a la memoria clásicos del gore como “La Última Casa a la Izquierda” (1972) o "The Texas Chain Saw Massacre" (1974).

Sin embargo, dichos códigos deben ser respetados y correctamente ejecutados para poder hablar de una buena película, más allá del estilo y el género al cual pertenecen. En este sentido, el director termina cumpliendo su objetivo. Si bien la historia tiene un hilo conductual que da forma y vida a los personajes, este se va diluyendo a medida que avanza el metraje, dando paso a una simple colección de momentos que impactan visualmente por su contenido, consiguiendo traspasar el dolor físico al espectador, lo que podría haber sido muy bien aceptado en caso que el argumento no se hubiese convertido en mera excusa para regalarnos ese festín de escenas.

Los personajes son poco definidos, pero a la medida de lo que exige una cinta de estas características (entendamos que no necesitamos conocer en profundidad las motivaciones de un personaje que huye gritando al ser perseguido por un sujeto cuchillo en mano). Ningún actor queda al debe. Las interpretaciones son regulares y aportan la suficiente cuota de desesperación, sin dejar de lado lo absurdo, el comportamiento equívoco y las preguntas de obvia respuesta. Clichés imprescindibles.

Si bien es cierto, la película alcanza el punto más alto de la industria nacional en efectos visuales y tratamiento del cuerpo humano, los aspectos técnicos son, sin duda, su principal debilidad. Los tiros de cámara, así como los efectos de sonido y la música incidental, resultan forzados a la hora de sumar y restar, y el guión (del que se esperaba cierto grado de perfección viniendo de la trayectoria de Illanes en dicha área), entendiendo que fue hecho a la medida de una cinta gore, deja muchos vacíos que los escalofriantes crímenes y crudas imágenes no son capaces de enterrar. El realismo llevado al extremo aún así requiere perfiles muy bien retratados, sin embargo, el desequilibrio mental de ciertos personajes no alcanzan a perturbar la atmósfera, repleta de conductas desquiciadas y excesos físicos minuto a minuto. Imposible hacernos partícipes del lado más oscuro y enfermizo de personajes antagónicos de los que ni siquiera terminamos entendiendo el por qué de sus acciones, siendo mucho más complicado alcanzar la complicidad con los protagónicos, a falta de signos que nos describan su comportamiento.

En definitiva, concibamos a “Baby Shower como lo que es: una película gore chilena calificada como “estrictamente para mayores de 18 años”, que se ajusta a la gran mayoría de los parámetros del género, con las deficiencias de cualquier ópera prima, pero que consigue incomodarnos al punto de querer quitar la vista de la pantalla, encoger las piernas y soltar una risa cuando el absurdo se apodera del diálogo, siendo efectiva por el grado de alevosía con que se cometen los crímenes. Tampoco elevemos a Illanes como precursor del género en Chile. Patricio Valladares ya incursionaba con “Curriculum” el 2006, y “Visceral” (2009) de Felipe Eluti ya es considerada la primera película gore chilena. Sólo midamos la cinta con la vara que le corresponde, que las aristas del cine jamás las terminaremos de contar. Craven y Romero esta noche, podrán dormir tranquilos, que su legado, al final del mundo, está en buenas manos. O al menos, hacia allá vamos. Lento, pero seguro.


Ficha Técnica:
Chile, 2011, 110 min.
Director: Pablo Illanes.
Guión: Pablo Illanes.
Elenco: Ingrid Isensee, Patricia López, Francisca Merino, Claudia Burr, Kiki Rojo, Sofía García, Álvaro Gómez, Pablo Krögh y Nicolás Alonso.


Trailer:

8 Comentarios: Publicar un comentario

  • Anonymous catarsisalcerebro.blogspot.com (1:47 p. m.)  

    se ve buena siiii

  • Anonymous Anónimo (12:43 p. m.)  

    bueno la película tenia una mezcla de “El Aro” ya que muchas veces se oia una mosca y había como interferencia en la película, cosa que el en aro es en la cinta (video) que tiene que ver, bueno acá era en la película misma, también tenía una mezcla de “Hostal”, bastante sangre y acuchillaban, cortaban un pie, volvieron a dar alrededor de 5 puñaladas más y la victima seguía viva, con el personaje de Francisca Merino, sucedió lo mismo, ya casi era inmortal. Patricia López, al principio la vi muy bien, pero después era una actuación medio forzada que en las escenas de terror, miedo o suspenso, como quieran llamarle, el habiente de la escena se volvía cómico, constantemente sucedió eso, daba risa en vez de ohhh. En una el personaje de Ingrid Isensee da tres disparos a distancia y le da a tres persona, genial su punteria. El personaje (Pablo Krohg) del hombre que comienza a asesinar no tenia argumento entendible para que el espectador supiera el porque de asesinar , el tipo tenia la estampa para el personaje, pero le falto poner más cara de malo ser más agresivo. Álvaro Gómez fue un personaje sin gracia y entero de patudo usaba la piscina se acostaba con la amiga de dueña de casa y cuando le iban a hacer sexo oral, la verdad el miembro se veía falso, el color, la textura que se apreciaba, cuando lo tenia en reposo por asi decirlo, ahí fue más real, pero el despierto no, detalles que hacen que. Y el causante del caos el marido de la embarazada pfffff, cero gracia como para que tuviera affaire con las amigas, ni un brillo el personaje.
    En fin hay varios comentarios negativos mas que podría escribir, a todo esto jamás hubo ni una pizca de ambiente para celebrar un Baby Shower, ya que para eso supuestamente se juntaban, para celebrarlo, no había ni un adorno, y las invitadas no llegaron ni con regalos, pero bueno… ah los niños que salieron a nadie yo creo que podrían haber buscado a niños que tengan mas dotes de actuación, esa escena fue muy ficticia. Se me olvidaba, Berta Lasala cómo pudiste prestarte para el papel tan insignificante y absurdo
    Sr. Pablo Illanes, me hubiese encantado que tu película me hubiese encantado, pero la verdad fue fome, demasiado ilógica a ratos, te falto ponerle en sus líneas a Paty Lopez, sangre quiero sangre, me pregunto yo el director y el elenco tienen que haber visto la película entera, obvio, y como no son capaces de darse cuenta de lo malo de algunas escenas, y efectivamente como lei por ahí hubieron personas que se fueron a la mitad de la película. Espero que para la próxima tengan un poco más de dedicación y respeto por el público que cree que el cine chileno puede mejorar y nos damos el tiempo de ir, pagar la entrada al cine y en vez de ir a disfrutar uno sale desilusionado.

  • Anonymous Anónimo (4:30 p. m.)  

    Lo mejor de esta película es que a Francisca Merino, la opinóloga que aquí sale en los créditos, le dan una golpiza de lujo. Lo peor, todo el resto: diálogos impresentables, desnudos para rellenar la hora y media, cliches repetidos hasta el cansancio en las peliculas gringas. El que sea una película de género no significa que no se pueda innovar. De hecho, la gracia es dar vueltas de tuerca dentro de una cancha que ya está rayada cosa que aquí nunca pasa. También vale la pena ver a Claudia Burr en topless ya que se mantiene fabulosa a los cuarenta años. ZZZZ (cuatro Zetas de aburrimiento de un máximo de cinco).

  • Anonymous Anónimo (10:59 a. m.)  

    Quiero decir que la película es muy interesante en su genero, me recordó clásicos del terror como Hostal.el juego del miedo y Martes 13, es una película chilena que esta bien lograda, hay que destacar la música, la fotografía y las actuaciones estuvieron genial, de todas sin quedar ninguna al Debe.
    Si debo reconocer que el guión no profundiza en sus personajes, pero para el genero que es, no lo necesita.
    se logra crear una atmósfera de terror y si te gusta este genero te la recomiendo

    Cristhian Herrera.

  • Blogger Oscar Con Apellido (9:46 a. m.)  

    MAL!!!! Aburrida, no hay tensión en casi ningun momento por que no hay credibilidad en los actores... la historia es mala de partida... es una mezcla de Olguin con Illanes con los cliches de Lopez...

  • Anonymous Anónimo (11:32 p. m.)  

    Yo nunca hago esto de criticar una pelicula, no se mucho de cine pero esta pelicula es mas mala que agarrar a la bisabuelita a pata en la raja. Por favor no gasten plata ni tiempo.

  • Blogger leoridgway (1:18 p. m.)  

    Sobra reiterar: los gringos ya nos hastiaron con este género con películas memorables y para olvidar, por tanto es un error creer que nosotros podríamos hacerlo mejor. La compré ayer en el cable y me dolió la guata. Sobre la misma compré y volví ver "El Chacal de Nahueltoro", un maravilloso antídoto.

  • Anonymous Anónimo (9:24 a. m.)  

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