CRÍTICA: "UP IN THE AIR" (2009)
EEUU, 109 min, 2009
Título Español: “Amor sin Escalas”.
Dirección: Jason Reitman.
Guión: Jason Reitman, Sheldon Turner, basado en la novela de Walter Kirn.
Elenco: George Clooney, Vera Farmiga, Anna Kendrick, Jason Bateman, Amy Morton, J. K. Simmons, Danny McBride, Steve Eastin.
“Up in the Air” (traducida “brillantemente” al español como “Amor sin Escalas” y espero que este paréntesis se lea con la ironía que corresponde) significa el regreso de uno de los directores más aplaudidos en los últimos años en la industria norteamericana, Jason Reitman, el mismo que se hizo mundialmente conocido por esa genial comedia sarcástica llamada “Thank You for Smoking” (2005) y dos años más tarde se consagrara con “Juno” (2007), siendo nominado incluso al Oscar. Ahora lo hace con tres actores reconocidos fácilmente por la gente: George Clooney (“Ocean’s Eleven”, “Michael Clayton”), Vera Farmiga (“The Departed”, “The Boy in the Striped Pyjamas”) y Anna Kendrick. Esta última la podrán recordar por su papel de Jessica, la amiga de Bella Swan en la saga “Twilight”, quien quizás por estos lados no nos resulte tan familiar, pero les aseguro que en los EEUU, los personajes y actores de “Crepúsculo” aún no pueden salir tranquilos a la calle.
¿La fórmula? Reitman mantiene la sátira, los diálogos trascendentales y los personajes que generan interés por el sólo hecho de estar en pantalla. Ryan Bingham (Clooney) trabaja para una empresa que se dedica a despedir personal. Viaja por todo el mundo llevando una vida despreocupada y llena de comodidades superfluas: colecciona tarjetas doradas, vip, y gran parte de su vida la pasa en los aeropuertos, hoteles y lobbies. Hasta que un día llega a su empresa Natalie Keener (Kendrick), una psicóloga quien es contratada para implementar un nuevo sistema de despidos, y es Ryan quien debe comenzar a viajar con ella y hacer las veces de tutor para enseñarle los secretos de tan desdichado trabajo. Esta es la excusa perfecta para que Reitman nos relate una historia repleta de reflexiones: la deshumanización a costa del trabajo, las relaciones personales, sentimentales, la dependencia económica, los miedos, las aprensiones y las contradicciones con las que día a día nos vemos encontrados y ni siquiera somos capaces de procesar. Ryan lleva una vida de mentiras, desechando gente de sus trabajos y convenciéndolos de que es lo mejor para él, su salud y su familia, mientras se autoconvence que en su propia vida todo anda bien, a pesar de tener escaso contacto con su familia, no ser capaz de establecer ninguna relación amorosa estable y sentirse felizmente solo por las noches. Una filosofía que no deja de alejarse del estereotipo que hoy en día comenzamos a crear, convirtiéndonos presos de la monotonía y ocultando el más profundo de nuestros temores dentro del cajón, bajo el escritorio o detrás de la ventana de un notebook.
La mano y el pulso del director consiguen alcanzar un equilibrio perfecto entre diversos géneros cinematográficos que pocas veces tenemos la oportunidad de acariciar. El papel es perfecto para George Clooney y su particular estilo: sarcástico y sincero, conquistador y tímido, egoísta pero sensible. Siempre capaz de transmitir lo esperado, lo vemos en uno de sus mejores trabajos, si no el mejor. Vera Farmiga luce elegante y lo suficientemente superficial como para ser la compañera de viajes perfecta de Ryan; y Anna Kendrick se roba por momentos la pantalla con una candidez e inocencia que no opaca su dura labor despidiendo a conmovidos empleados. La comedia y el drama, dos métodos incompatibles que Reitman esconde en cada habitación de los distintos estados de los EEUU en los que Ryan descansa para continuar al día siguiente. La sociedad americana observada por la más desoladora de las visiones, por los caminos equívocos que tomamos sin razonar ante el miedo al descontrol, sin preguntarnos antes si esta es la vida que queremos tener o es la que finalmente aceptamos como tal.
“¿Conoces ese momento en que miras a los ojos de una persona y sientes que están viendo tu alma y el mundo se paraliza?.. Yo no”. Ese es Ryan Bingham, experto en consolar a gente desconocida tras despedirla y acabar con su futuro, pero incapaz de cargar con su propia vida, que se reduce a una maleta, un par de llaves y una colección de tarjetas electrónicas.
Título Español: “Amor sin Escalas”.
Dirección: Jason Reitman.
Guión: Jason Reitman, Sheldon Turner, basado en la novela de Walter Kirn.
Elenco: George Clooney, Vera Farmiga, Anna Kendrick, Jason Bateman, Amy Morton, J. K. Simmons, Danny McBride, Steve Eastin.
“Up in the Air” (traducida “brillantemente” al español como “Amor sin Escalas” y espero que este paréntesis se lea con la ironía que corresponde) significa el regreso de uno de los directores más aplaudidos en los últimos años en la industria norteamericana, Jason Reitman, el mismo que se hizo mundialmente conocido por esa genial comedia sarcástica llamada “Thank You for Smoking” (2005) y dos años más tarde se consagrara con “Juno” (2007), siendo nominado incluso al Oscar. Ahora lo hace con tres actores reconocidos fácilmente por la gente: George Clooney (“Ocean’s Eleven”, “Michael Clayton”), Vera Farmiga (“The Departed”, “The Boy in the Striped Pyjamas”) y Anna Kendrick. Esta última la podrán recordar por su papel de Jessica, la amiga de Bella Swan en la saga “Twilight”, quien quizás por estos lados no nos resulte tan familiar, pero les aseguro que en los EEUU, los personajes y actores de “Crepúsculo” aún no pueden salir tranquilos a la calle.
¿La fórmula? Reitman mantiene la sátira, los diálogos trascendentales y los personajes que generan interés por el sólo hecho de estar en pantalla. Ryan Bingham (Clooney) trabaja para una empresa que se dedica a despedir personal. Viaja por todo el mundo llevando una vida despreocupada y llena de comodidades superfluas: colecciona tarjetas doradas, vip, y gran parte de su vida la pasa en los aeropuertos, hoteles y lobbies. Hasta que un día llega a su empresa Natalie Keener (Kendrick), una psicóloga quien es contratada para implementar un nuevo sistema de despidos, y es Ryan quien debe comenzar a viajar con ella y hacer las veces de tutor para enseñarle los secretos de tan desdichado trabajo. Esta es la excusa perfecta para que Reitman nos relate una historia repleta de reflexiones: la deshumanización a costa del trabajo, las relaciones personales, sentimentales, la dependencia económica, los miedos, las aprensiones y las contradicciones con las que día a día nos vemos encontrados y ni siquiera somos capaces de procesar. Ryan lleva una vida de mentiras, desechando gente de sus trabajos y convenciéndolos de que es lo mejor para él, su salud y su familia, mientras se autoconvence que en su propia vida todo anda bien, a pesar de tener escaso contacto con su familia, no ser capaz de establecer ninguna relación amorosa estable y sentirse felizmente solo por las noches. Una filosofía que no deja de alejarse del estereotipo que hoy en día comenzamos a crear, convirtiéndonos presos de la monotonía y ocultando el más profundo de nuestros temores dentro del cajón, bajo el escritorio o detrás de la ventana de un notebook.
La mano y el pulso del director consiguen alcanzar un equilibrio perfecto entre diversos géneros cinematográficos que pocas veces tenemos la oportunidad de acariciar. El papel es perfecto para George Clooney y su particular estilo: sarcástico y sincero, conquistador y tímido, egoísta pero sensible. Siempre capaz de transmitir lo esperado, lo vemos en uno de sus mejores trabajos, si no el mejor. Vera Farmiga luce elegante y lo suficientemente superficial como para ser la compañera de viajes perfecta de Ryan; y Anna Kendrick se roba por momentos la pantalla con una candidez e inocencia que no opaca su dura labor despidiendo a conmovidos empleados. La comedia y el drama, dos métodos incompatibles que Reitman esconde en cada habitación de los distintos estados de los EEUU en los que Ryan descansa para continuar al día siguiente. La sociedad americana observada por la más desoladora de las visiones, por los caminos equívocos que tomamos sin razonar ante el miedo al descontrol, sin preguntarnos antes si esta es la vida que queremos tener o es la que finalmente aceptamos como tal.
“¿Conoces ese momento en que miras a los ojos de una persona y sientes que están viendo tu alma y el mundo se paraliza?.. Yo no”. Ese es Ryan Bingham, experto en consolar a gente desconocida tras despedirla y acabar con su futuro, pero incapaz de cargar con su propia vida, que se reduce a una maleta, un par de llaves y una colección de tarjetas electrónicas.
Un guión prodigioso, que rescata lo mejor de sus actores para un fondo finalmente revelador y que es incapaz de ofender a la inteligencia del espectador por la sinceridad en su narrativa; una dirección ágil y seis nominaciones a los Globos de Oro (quedándose con el de Mejor Guión) convierten a “Up in the Air”, sin duda, en una de las mejores películas del año recién pasado y que, por supuesto, podrán disfrutar a partir de este próximo jueves, cuando arribe a nuestro país esta pequeña joya del cine moderno, ese que nos apunta cuando estamos de espaldas y mira hacia al cielo cuando le devolvemos la mirada.
Trailer:
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