jueves, 4 de diciembre de 2008

MIS HOMBRES DE PELÍCULA: ROBERT DE NIRO

Película: Raging Bull (1980).
Dirección: Martin Scorsese.
Guión: Paul Schrader, basado en el libro de Jake LaMotta.
Elenco: Robert De Niro, Cathy Moriarty, Joe Pesci, Frank Vincent, Nicholas Colasanto, Theresa Saldana.


Si consideramos que un hombre de película debe ser quien es capaz de encantar con unos labios perfectamente imposibles, una voz cautivadora y una mirada fatal, están en todo el derecho de interrumpir su lectura y pasar a una sección algo más coherente con su título. Sin embargo, si consideran que la vida merece algo más de holgura y que por ejemplo, un hombre de película puede ser con toda naturalidad un "no" hombre de película, bajo todas las aristas posibles a considerar, bienvenidos todos a una lectura que bordea los limites absolutos de imprecisión.

Nadie discute el talento que deja al descubierto Robert De Niro en cada papel que interpreta; pero al mismo tiempo creo que la mayoría podríamos coincidir en que no se ha distinguido por alguna otra cualidad ajena a lo que le compete. Un ejemplo de ello, puede ser el atractivo físico -por lo menos para mí-. A pesar de ello, hoy está en mi mente, y en especial, De Niro y Jake La Motta… un hombre para odiar, después de amar, claro.

La Motta (De Niro) es un buen boxeador de peso mediano, el cual indudablemente fuera del ring continúa comportándose como tal. Para él, cada día es una continuación de lo que sucede en cada pelea, adoptando a diario una actitud competitiva en la que la única opción aceptable es ganar. Sin embargo, esta suma cero, a pesar de que es evidente al comenzar la cinta, puede no resultar dañina en un principio, tornándose incluso atractiva. Creo que Vicky (Moriarty), la chica más deseada del Bronx, comprende perfectamente esta idea, al ser suficiente para ella pasar sólo una tarde junto a Jake para convertirse en otra partida ganada para él. Este afán competitivo, mesclada con una bruta masculinidad genera en Jake una originalidad bastante atractiva e impensable actualmente, cuando se trata de enamorar a Vicky, dejando atrás a un montón de pretendientes que aspirarían para siempre a quedar sólo con esta calificación. Una victoria más para La Motta.

Y es verdad que desde el principio algunos ya podrían odiar a La Motta por el comportamiento con su primera esposa. Sobre todo, esos pasajes de incoherencia que manifestaba hasta en una conversación sin sentido, y que podrían enloquecer a cualquiera. Sin embargo, soy capaz de reconocer que el exceso en aquellas primeras escenas era mutuo, justificando el accionar del boxeador en cierto grado. En este mismo sentido, me parece más interesante aún, la definición marcada en el comportamiento de La Motta que logra De Niro una vez que Vicky aparece en la vida de este deportista.

Luego de la convivencia con Vicky, este tipo se gana la calificación de un "No hombre de película", simplemente por el hecho de ser un verdadero imbécil; pero no sólo por ser un boxeador, sino porque efectivamente nadie quiere un hombre así ni en la realidad, ni en la pantalla grande. Un La Motta obsesionado con el título del campeonato y con los celos que genera la posible idea de que puede existir alguien mejor que él, provoca que la agradable relación que tuvo con su finalmente segunda esposa Vicky, se degrade al punto de nockearla a ella en lugar de a su contrincante en el ring. Jake supo con exactitud como enamorar a esta chica, pero la carrera por la obtención del título provocó que Vicky se arrepintiera por el resto de la cinta de haber aceptado su cita aquella tarde.

Un hombre para quien la mujer está siempre en segundo plano y que no reconoce sus defectos. Un hombre para quien los golpes constituyen su mecanismo articulado de solucionar los problemas y en la cual saldrá siempre victorioso pues lleva la ventaja, para quien el maltrato psicológico es una buena segunda opción, para quien sólo existe la satisfacción personal, y que finalmente no termina aprendiendo nada; no merece seguir apareciendo en el séptimo arte, puesto que con su existencia en la vida real, ya tenemos suficiente.


Por Nathaly Rivera Casanova.


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http://deniro.jvlnet.com (Web en inglés)

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