“EL HIJO DE MI PADRE”: ESTRENO HISTÓRICO EN ANTOFAGASTA
Lo que este viernes recién pasado se vivió en el Teatro Municipal de Antofagasta fue, sin duda, un hecho histórico para el cine local y el mundo de las artes y la cultura de la II Región. En el marco de una nueva versión del Festival Internacional de Cine del Norte de Chile 2009, a eso de las 20:30 hrs. se dieron cita en el principal recinto de calle Sucre cerca de ochocientas personas que coparon todas las butacas de la planta baja del Teatro Municipal para presenciar el estreno de “El Hijo de mi Padre”, primera cinta filmada íntegramente en la ciudad de Antofagasta, con producción y actores locales, y bajo la tutela de un joven director antofagastino que ya se empieza a convertir en uno de los más grandes exponentes del celuloide a nivel local y nacional, Mauricio Matus Barraza.
Con estudios en el país y en el extranjero, y luego de ser el ganador del primer Festival de Cine realizado en Antofagasta el año 2004 con su cortometraje “Función”, Matus comenzó un largo camino en el mundo cinematográfico, donde los recursos técnicos y económicos resultan dos veces más difíciles cuando se trata de producciones locales, y la capital concentra el principal foco de atracción para el desarrollo del arte en nuestro país.
Hasta que gracias al trabajo de un gran equipo técnico y humano, el año recién pasado se comenzó a filmar en la ciudad una cinta que en un principio se titulaba “La Mina”. Destacados y reconocidos actores de la escena teatral de Antofagasta eran parte del reparto. Ángel Lattus, Raúl Rocco, Gimena Cancino, Jorge González y Omar Awad, entre otros, formaban parte de este proyecto sobre un hombre minero, como tantos que en esta ciudad dividen su tiempo entre el interior de la zona y su familia, y un drama en torno al personaje principal que comienza a sentir su espacio vacío en el hogar, sembrando malas relaciones entre los otros integrantes y poniendo en tela de juicio la presencia en la casa del abuelo -su padre-, que se ve obligado a tomar las riendas del hogar, función que no le pertenece.
Pero más allá de la historia contada y el logro técnico que resulta ser “El Hijo de mi Padre”, esta nota apunta a reconocer el trabajo alcanzado por un equipo humano que vivía con un sueño que finalizó este viernes ante una gran cantidad de asistentes. En masa se dieron cita amigos, invitados y prensa nacional, y la gran familia del mundo de las artes que día a día asiste a presentaciones de danza, música, cine, teatro, exposiciones y las más diversas expresiones artístico culturales. Y no por casualidad. “El Hijo de mi Padre” es un retrato de la Antofagasta de hoy, con personajes que vemos a diario en las calles de nuestra ciudad y con historias tan reales que nos obliga a sentirnos identificados, con lugares tan comunes y reconocidos como el Estadio Regional de Avenida Angamos, el Mall Plaza, la Avenida Costanera, pubs, cafés y el centro de la ciudad fueron las locaciones escogidas.
Con apenas 12 millones de presupuesto y la materia prima de talentosos valores locales tras las cámaras, luces, flashes y textos; Carlos Vicuña Muñoz, empresario local con poca experiencia en el rubro del cine, le propuso a Mauricio Matus y su equipo la realización de un ambicioso proyecto en términos audiovisuales, embarcándose así en Julio del 2008 en una aventura que vio finalizada su primera etapa este viernes, con la presentación en sociedad del film ante un público que aplaudió y ovacionó el trabajo visualizado, tomando parte de lo conseguido y sintiéndose un responsable más del éxito de esta presentación.
Probablemente, cierta fracción de los presentes asistió poco enterados de lo que trataba el film, sin saber que se encontrarían con lugares comunes y caras conocidas en la pantalla grande. Pero ese es el mérito, y eso es el lev motiv que mueve a los organizadores de este tremendo festival en el que, alguna vez, Adriana Zuanic pusiera la primera piedra, y hoy ve su misión conseguida al ser la plataforma para que trabajos como “El Hijo de mi Padre” -que ni siquiera se pretende ser estrenado en los cines de nuestro país por razones económicas lógicas- puedan llegar a muchas más personas y de forma totalmente gratuita.
Lo de aquella anoche, simplemente fue histórico, y tal como en 1927, tres hombres tenían el sueño de convertir a Antofagasta en el “Hollywood de Sudamérica" (y tan bien que nos enteráramos gracias al documental de Adriana Zuanic), 82 años después, vemos como un equipo joven, con el talento y las ganas de continuar con este sueño, consiguieron lo que muchos quizás habían intentado infructuosamente por culpa de obstáculos y vallas que no se merecieron: el primer film 100% antofagastino, para el orgullo de todos nosotros.
Trailer:
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