CRÍTICA: “NO TE METAS CON ZOHAN”
Dirección: Dennis Dugan.
Guión: Adam Sandler, Judd Apatow, Robert Smigel.
Elenco: Adam Sandler, John Turturro, Rob Schneider, Emmanuelle Chriqui, Nick Swardson, Lainie Kazan, Charlotte Rae, Ido Mosseri, Chris Rock.
Zohan (Adam Sandler) es un peculiar y extremadamente preparado agente israelí de los servicios secretos del Mossad, que finge su muerte para poder trasladarse de Israel a Nueva York, y así poder cumplir allí el sueño de su vida: convertirse en peluquero. Aunque Zohan quiere dejar atrás su peligrosa vida de lucha antiterrorista, rápidamente se da cuenta de que no es tan sencillo escapar de sus propias raíces...
Zohan Dvir (Adam Sandler) es un experto agente contraterrorista israelí dotado de habilidades casi supernaturales -y amado por todas las féminas- que es enviado por el servicio secreto para el cual trabaja, a eliminar a “El Fantasma” (John Turturro), líder palestino. Pero Zohan tiene un sueño, convertirse en estilista. Para ello simula su muerte y viaja a Nueva York para buscar una oportunidad.
Si el argumento ya les parece extraño, lo que sucede de aquí en más resulta hilarante, bordeando lo caótico, pero de una manera entretenida y sólo como Sandler ("Embriagado de Amor", "Como si Fuera la Primera Vez"), lo sabe hacer.
Dennis Dugan, director de "Yo los declaro Marido y Larry" (2007) y series de TV como "Ally McBeal" y algún capítulo de "L.A.Law", es el responsable de llevar a la pantalla grande ésta, la más grande parodia que se haya hecho sobre un tema tan complicado como el conflicto Palestino Israelí, con EEUU entremedio de judíos inmigrantes y falsos terroristas árabes. Para quienes conocen a Adam Sandler, conocen su humor y comprenderán lo incoherentes que pueden llegar a ser ciertas escenas. Esto puede resultar una arma de doble filo si no eres un fanático del humor negro o, por último, si te levantaste con la sangre pesada y con ganas de odiar cualquier cosa que te moleste.
Con una cantidad incontable de personajes y apariciones de famosos estelares en la cinta, vemos el establishment norteamericano reflejado a la perfección: un empresario millonario desea comprar un barrio de inmigrantes -en donde judíos venden equipos electrónicos chinos y palestinos hacen comida rápida- para construir un inmenso mall en su lugar. Pero Zohan hace las veces de intermediario para resolver más de algún conflicto, empleándose en un salón de belleza en pleno barrio conflictivo, regalándole un buen corte de pelo a las mimosas señoras que terminan yéndose felices luego de ser atendidas (después de verla, lo entenderán). Humor estúpido, en el que se ironiza y se “sobre explota” la realidad de miles que arrancan de medio oriente en busca de una nueva vida. Debemos tener estómago para ver al gran John McEnroe (ex Nº1 del Mundo en Tenis para quienes no lo conocen) bailando semidesnudo en el entretiempo de un partido de softball, luego que Mariah Carey interpretara solemnemente el himno de Estados Unidos, coreado por israelíes y palestinos con la mano en el corazón al borde del llanto. Quizás con esto ya lo he dicho todo, pero dejemos la gravedad por un momento.
Imposible no mencionar que en la cinta también podemos ver a un ireconocible John Turturro, gran actor de basta trayectoria y muchas veces premiado, recordado por sus papeles en "Barton Fink" (1991) de Joel Coen y en "Quiz Show" (1994) de Robert Redford, pero que últimamente lo hemos visto haciendo el ridículo en "Transformers" (con el respeto de los fanáticos), o en esta misma, parodiando al líder palestino llamado a hacerle frente a Zohan. Quizás encontró su rumbo en el cine. Por otro lado está Rob Schneider ("Este cuerpo no es mío", "¿Y Dónde están las Rubias?"), quien no es primera vez que lo vemos compartiendo pantalla con Sandler; y Emmanuelle Chriqui, una canadiense talentosa y adorable por donde se le mire.
Si bien el excesivo humor sexual y la naturalidad y liviandad con que se aborda el tema puede incrementar nuestro odio y “repulsión antifascista” contra el país norteamericano, la energía y el ritmo en el guión claramente tienen otro objetivo, el de reírse y hacernos reír, donde el mensaje no necesariamente tenga ribetes políticos y quizás sean otras las películas que debamos juzgar por su idiotez y no a esta, una oda a la vulgaridad para vulgares que sabemos separar las cosas y reírnos también de escenas estúpidas, hechas -sobre un tema complicado cuando les conviene- por un maestro como el Sr. Adam Sandler.
Por Wladimyr Valdivia Westphal.
1 Comentarios: Publicar un comentario
Anónimo (4:58 p. m.)
Yo creo que la película es mala. Podrían haber hecho una excelente comedia sobre este mismo tema. Me gusta la comedia hilarante, absurda, como la de Álex de la Iglesia, pero no soporto algo que sean como puros sketches en seguidilla. Lo que pasa es que hay demasiado humor sexual y llega a molestar a los que buscamos una buena comedia. Sandler es un buen cómico, la mayoría de sus otras películas me gustan muchos aunque no sean BUENAS. Pero pasan, tienen un humor muy bueno, pero en este caso no funciona. Si no fuera por Sandler y algunos de sus protagonistas, esta cinta estereotipica, fome, con elementos más que usados, no sería la gran cosa.
Saludos