domingo, 16 de marzo de 2008

COMENTARIO: PROMESAS DEL ESTE

EEUU/Reino Unido/Canadá, 2007, 100 min.
Título Original: Eastern Promises.
Dirección: David Cronenberg.
Guión: Steve Knight.
Elenco: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl, Sinéad Cusack, Jerzy Skolimowski.

El misterioso y carismático Nikolai, nacido en Rusia, es el chofer de una de las familias más importantes del crimen organizado de Europa Oriental, encabezada por Semyon, el encantador dueño de un caro restaurante ruso que esconde una naturaleza brutal y fría detrás de su sonrisa. La suerte de la familia se tambalea por culpa de Kirill, su alocado hijo, que hace más caso a Nikolai que a su propio padre. Pero la cautelosa vida de Nikolai cambia de golpe cuando conoce a Anna, una joven que trabaja en un hospital de Londres. Anna está muy afectada por la situación en la que se encontraba una adolescente y decide buscar a la familia de la chica basándose en el diario que dejó escrito en ruso. Al escarbar en el diario, Anna desencadena involuntariamente la ira de los mafiosos...


No cualquier director puede lograr que en cualquier parte del mundo, con sólo ver una imagen de alguna de sus películas, se pueda identificar claramente a su realizador. Muchos lo llaman “cine de autor”. Ese cine en que el director mantiene ciertas características visuales y técnicas en todas sus películas que las hacen reconocibles en cualquier lugar, gracias a la libertad con que se hace el trabajo, el desenfado estético que presenta, y cierto grado de autonomía fetichista para con algunos temas que hacen recurrentes en sus films. Este término puede crear anticuerpos, ya que para muchos, el “cine de autor” puede ser un término exclusivamente reservado para grandes maestros del celuloide, pero Cronenberg ya nos acostumbró a su estilo; propio, sencillo e impactante, y pretende ganarse el tan mencionado título.

Promesas del Este es una historia desarrollada en la mafia rusa existente en Londres. Mafia que no es menor en cantidad por esos lados, pero de la que poco se conoce. Nikolai (Mortensen) es el chofer de una importante familia residente, que pertence a la hermandad “Vory V Zakone”. Frío, leal y de pocas palabras, Nikolai verá un vuelco en su vida al conocer a Anna (Watts), una hermosa matrona que está tras el enigma detrás de un diario de vida dejado por una paciente que falleció tras dejar un pequeño retoño en el mundo.

Sin dar más detalles de la trama por razones obvias, el director logra un trabajo imponente, en el que la violencia v/s la calidad humana se vuelven a ver las caras, tal cual lo hiciera en Una Historia Violenta (2005), su anterior trabajo, también protagonizado por Vigo Mortensen, actor que se comienza a consagrar gracias a sus personajes, como uno de los más carismáticos, sin necesidad de expresar la más mínima emoción, trayendo a la memoria papeles como el de Verbal Kint en Los Sospechosos de Siempre (1995) o el mismo Travis Bickle en Taxi Driver (1976).

Con la frase “todo lo aburrido es profundo” podríamos definir la eterna discusión que tendría un cinéfilo embobado con David Lynch contra uno más pragmático al que no le hacen mucha gracia largos planos secuencia o desenfoques sin sentido. Hago esta referencia ya que el cine de Cronenberg se caracteriza justamente por entregar sus historias con ritmos pausados, cargando el mensaje en miradas profundas por sobre los diálogos, y manteniendo claras distancias entre los personajes. Pero por otro lado, lo soslaya con una visión cruda, realista, en este caso impregnando el ambiente de hostilidad y desconfianza desde el comienzo del film, y con una violencia que resulta necesaria ser mostrada para comprender el real sentido que adoptan los personajes.

Nos adentramos en un Londres habitado por los inmigrantes; familias poderosas en las que el respeto es filosofía; en el que el tráfico de drogas, armas e incluso vidas, resulta esencial para una sana convivencia; traiciones y envidias que sólo se resuelven llenándose los puños de sangre; y en donde un simple tatuaje puede convertir hasta al más miserable en dueño del mundo. Y por el otro lado de la moneda, tenemos a Anna (una Naomi Watts que quizás no está a la altura de las circunstancias, quedándole grande el papel), que en búsqueda de rehacer su vida se encuentra con Nikolai, descubriéndole una parte que ni el mismo se conocía, llevándonos tras la verdad y la justicia sólo con el deseo, pero indefensa ante lo que son capaces quienes son parte de la cofradía. “Ladrón por ley” significa el nombre de la hermandad, y con eso no se juega.

Una vez más, Howard Shore (El Señor de los Anillos) es el encargado de musicalizar el film. Con melodías líricamente dramáticas, y suaves y detalladas orquestaciones, tal como lo hiciera también en el anterior trabajo de Cronenberg, el músico crea el ambiente propicio para que Nikolai nos enseñe algo de lealtad, compromiso y buen corazón.

Finalmente, el trabajo interpretativo de los actores es, sin duda, de lo más sobresaliente de la cinta. Viggo Mortensen (nominado al oscar por este papel) se lleva todos los créditos, Vincent Cassel no escatima en derrochar todo su histrionismo en función de la dramática narrativa , y el impresionante Armin Mueller-Stahl logra un papel que lo enmarca como uno de los mafiosos más creíbles vistos en pantalla.

En definitiva, el director no deja de hacer “su” cine. Un cine marginal, distinto, revelador mediante un lenguaje violento y dramáticamente oscuro, que al meterlo a la juguera con una pizca de grandes interpretaciones, pinceladas de amor y una historia digna de best seller, dan como resultado uno de los mejores trabajos del realizador y, por qué no decirlo, una de las películas más impresionantes de este 2008. (La película tiene como fecha de estreno el próximo 10 de Abril. Curiosamente llegó en formato DVD a Blockbuster casi un mes antes de su estreno a nivel nacional en cines).

Como puedo ser rey, si el rey sigue en su sitio?”, dice Nikolai.
Sin duda, Viggo Mortensen se coronó con Cronenberg.


Por Wladimyr Valdivia Westphal.



Trailer:

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