lunes, 9 de noviembre de 2009

CINERATURA: “FACTÓTUM”

Libro: Factótum (Factotum).
Autor: Charles Bukowski.
Año: 1975.

Debo confesar que con la presente entrega estoy dándome un gusto personal y, por qué no decirlo, a varios de mis amigos cercanos. Pensé en varios títulos más idóneos para esta edición y que siguen con la línea de las entregas anteriores de Cineratura (Best-Sellers y películas de culto); sin embargo, voy a hacer una excepción a la regla y hablaré de uno de mis escritores de ficción preferidos, el último escritor maldito de Norteamérica, el hermano perdido y rebelde de Hemingway, el asiduo borracho adicto a los bares, apuestas de caballos y mujerzuelas: Henry Charles Bukowski.

Dirigida por Bent Hamer y protagonizada por Matt Dillon, Lili Taylor y Marisa Tomei, “Factótum” narra las desventuras laborales de Henry Chinaski (Dillon), un hombre que observa las pequeñas cosas de la vida y al que vivir significa beber, apostar a los caballos, liarse con mujeres tan descarriadas como él y escribir historias que nadie quiere publicar. Entre sus múltiples trabajos que pierde por aburrimiento o porque se pasa la noche bebiendo, conoce a Jan (Taylor) y a Laura (Tomei), dos mujeres a las que amará con pasión y que acompañarán su particular y poética forma de vivir el “sueño americano”.

Realmente, la película es bastante fiel al libro, sus diálogos, escenas y personajes coinciden completamente con la novela de Buk; incluso Dillon logra personificar de manera magistral y convincente al joven Henry Chinaski. En ese sentido, no hay mucho para comparar; sólo un detalle importante hace la gran diferencia: el libro comienza con la historia de Laura y luego con la de Jan, en el film es completamente al revés, incluso se entrelazan, siendo Laura una mujer que conoce en el viaje que hace Chinaski al momento de terminar por primera vez su relación con Jan.

Con respecto a lo mismo, la historia de Laura es mucho más extensa y llena de detalles, como por ejemplo, que Hank se encama con todas las mujeres de Wilbur (en la película se llama Pierre), así como lo sucedido con cada una de ellas luego de la muerte de éste; en ese sentido, se extrañan esos episodios, donde quizás se pudo sacar más provecho de esta historia, que en el libro, es uno de los mejores capítulos que existen.

Otro detalle importante que pasa casi desapercibido, es cuando van a apostar al hipódromo y sucede la escena del hombre sentado en el asiento ocupado; al burlarse tanto Jan por no ser más firme y pegarle, Chinaski al volver a las graderías, lo golpea y bota por el espacio que hay entre los asientos, cayéndose desde una altura de casi ocho metros, por lo que pensaron que estaba muerto. En la película, sólo lo golpea hasta dejarlo inconsciente. Debido a eso y que a la mañana siguiente Jan no recuerda nada de lo sucedido, es que Chinaski decide irse de Los Ángeles.

Una escena casi imperceptible a primera vista y que sirve para englobar todos los trabajos en los que participa, es la de la Compañía de Taxis Yellow Cab; sin lugar a dudas, en el libro este capítulo refleja fielmente la personalidad del personaje que arma Bukowski. Hank llega a la compañía para ser chofer de taxis y le hacen una prueba de conducción donde el instructor medía el tiempo de reflejos para frenar de los aspirantes, éste los insultaba y se jactaba de tener el récord. Al momento de ser el turno de Chinaski, éste comienza a insultar al instructor y sin esperar el inicio del tiempo, hace la prueba y se bate el récord por unas décimas de segundo. El instructor dice que ha hecho trampa, pero Chinaski le da lo mismo, responde que le ponga el tiempo que sea pero que quiere salir pronto del lugar. En el film este capítulo es omitido y sólo muestran lo que viene después: una clase donde Hank es el único en responder cual es el momento donde un conductor puede perder el control del auto sin poder hacer nada al respecto y el posterior despido por mentir en la solicitud.

Finalmente, “Factótum” es quizás un film olvidable para quien no conoce el audaz y sarcástico trabajo de Bukowski; sin embargo, para nosotros -los acérrimos fans-, es una fiel representación de la obra de Hank, una película adornada con pasajes aislados que componen una historia que significa mucho más que la simplicidad con la que aparenta, con interpretaciones magistrales y que nos acerca a una materialización de Bukowski que, gracias a Dios, cumple con las expectativas a la perfección.

Por Pablo Font Rojo.


Trailer:

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