COMENTARIO: LA MARCHA DE LOS PINGÜINOS
Luc Jacquet (director y master en biología animal de la Universidad de Lyon) y su equipo, estuvieron un poco más de un año en el frío de la Antártica, viviendo y filmando al famoso Pingüino Emperador, el más grande de todos los pingüinos. Un estremecedor relato, filmado en forma de documental, que nos muestra cómo esta especie sobrevive, con un sentido de sociedad que ya se lo quisieran las mejores familias, una capacidad para amar y cuidar única, y capaces de sortear cualquier obstáculo con el único fin de perpetuar la especie. El Emperador es el único cuya época de reproducción es precisamente durante el infernal invierno antártico, ¿por qué? sólo la naturaleza lo sabe. Quizás el precio que deben pagar, sufriendo y luchando contra el frío, y haciéndose camino para sobrevivir en uno de los lugares más hostiles de este mundo, como lo es el polo sur, es demasiado para tan nobles animales, pero el fin justifica los medios… y de eso, si que sabe el Emperador.
La Marcha que realizan, en kilómetros incalculables, comienza cuando las hembras -luego de una de las escenas de amor más conmovedoras de los últimos años, en donde una danza nupcial abre el gran “baile del invierno” y con intimidantes canciones y pasos de apareo consuman su amor- dejan el huevo a cargo de los machos, cuyo deber es empollarlos, mientras ellas inician una caminata hacia el océano en busca del alimento para ellas, sus machos y polluelos. Este viaje de más de 100 kilómetros de distancia, les toma 4 meses, tiempo durante el cual el macho permanece sin alimento, y cuidando al pequeño hasta que rompa el cascarón.
Durante todo el tiempo que tarda la marcha y los distintos ceremoniales, Jacquet expone de manera perfecta cómo todo funciona, y “debe” funcionar con tal precisión, para que nadie sufra las peores consecuencias, evitando amenazas de otras especies, del clima, o simplemente el frío y el hambre que a muchos en la travesía les pasa la cuenta.
El director se expresa con espectaculares imágenes en sus tomas panorámicas y cautivantes en los detalles de los minuciosos primeros planos, un trabajo de fotografía que es sencillamente de una belleza arrasadora, y una banda sonora a cargo de Emilie Simon que termina por dar la atmósfera y el clima necesario para que cada uno de los pasos termine por clavarse en nuestra garganta. Si bien, la edición genera un sentido más conmovedor, casi lacrimógeno, identificándonos con este increible ciclo de vida, la contraparte del film puede pasar por el uso exagerado (supuestamente lírico), demasiado soslayador y agotador del relato en off.
Ganadora de un premio Oscar como mejor documental, esta ópera prima de Jacquet nos enseñará cómo muchas veces los problemas no son tanto como lo parecen, y que en algún lugar del mundo, alguna otra especie pone su vida a merced de la naturaleza y de lo que inevitablemente “debe” suceder…. y siempre marchando. Porque como nos enseñan en el film: “Con un paso, serán mil inviernos entre nosotros… aprovechemos, que en los próximos 9 meses nos encontraremos. Si nuestra danza es armoniosa, viviremos”.
TRAILER:
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