COMENTARIO: TE DOY MIS OJOS

España, 2003, 106 min.
Título Original: Te Doy mis Ojos.
Dirección: Icíar Bollaín.
Guión: Icíar Bollaín, Alicia Luna.
Elenco: Laia Marull, Luis Tosar, Candela Peña, Rosa María Sardà, Kity Manver, Sergi Calleja, Nicolás Fernández Luna.

A veces es mejor intuir que mostrar, reflexionar entre lo que se ve y lo que se esconde detrás de un silencio o de una mirada. Eso lo sabe hacer perfectamente Icíar Bollaín (Flores De Otro Mundo; Hola, Estás Sola?), directora y guionista de un film que muestra un drama real, tan real como la vida misma, donde la violencia es pan de cada día, y el maltrato a la mujer cada año bate records de estadísticas, y que lamentablemente en países “desarrollados” como España, son invisibles a los ojos. (no se preocupen, que en esto si que no nos ganan…)

En una fría noche de invierno, Pilar (L.Marull) sale arrancando de casa junto a Juan, su hijo, y un par de cosas en su maleta. Antonio (L.Tosar) sale tras de ella. Ella lo es todo para él, además dice “le ha dado sus ojos…”. Así comienza la historia de un matrimonio tormentoso, en donde el amor que sienten uno por el otro, y la incapacidad de Pilar de vencer el miedo que Antonio le inspira, se hacen cada vez más fuerte. Ella lucha cada día por comprenderlo. El sufre junto a ella, pero a su manera, que acostumbrado a ser su dueño, no soporta verla actuar en libertad, llevando la relación de un extremo al otro, del amor al odio, de la calma al agobio. Antonio asiste a terapias grupales masculinas para controlar su agresividad, Pilar tiene a Ana (C.Peña), su hermana, como apoyo incondicional, pero que no ve la diferencia entre blanco y negro -representando a todos los que vemos esto desde fuera-, y a su madre Aurora (R.Mª Sardà), conciliadora y preocupada de las apariencias, quizás el personaje menos complejo de la historia.

La magia de esta película (o lección de vida) radica principalmente en que no vemos personajes, sino personas. Premiados en San Sebastián (Mejor Actor y Actriz) y con 9 Premios Goya a su haber (Actor, Actriz, Dirección y Guión, entre otros), los protagonistas interpretan sobrecogedoramente la emocionalidad de sus personajes, en un Toledo cargado de arte; y presenta una banda sonora que acompaña líricamente todas las imágenes; a cargo de una directora consciente de que no es necesario mostrar la violencia para sentirla, basta con mostrar sus consecuencias y hacernos cómplices de ella, no desde una abstracción, sino a partir de un caso real y mucho más frecuente de lo que podemos llegar a pensar.

Te Doy mis Ojos es una cinta compleja (cuyo desarrollo rítmico está marcado por la respiración y las pulsaciones de Pilar), que provoca un alto grado de incomodidad en el espectador, que genera cierta repugnancia moral ante nuestra mirada, pero necesaria y de visión obligada para personas con un mínimo de conciencia social, ya que nosotros y sólo nosotros perpetuamos los hechos por simple ignorancia… ignorancia sobre la que Pilar nos dará uno que otro consejo…

“El corazón se acelera, y parece como que se nubla la cabeza… que te ahogas, te parece que se te llena el cuello y la nuca de hormigas, que te secas por dentro, se para el aire, el ruido, se para todo… y no ves…. Mi miedo es así, Antonio… no tengas miedo…”.

(Wladimyr Valdivia W.)



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