CRÍTICA: "DONNIE DARKO"

Estados Unidos, 2001, 113 min. (Website)
Título Original: Donnie Darko.
Dirección: Richard Kelly.

Guión: Richard Kelly.
Elenco: Jake Gyllenhaal, Patrick Swayze, Drew Barrymore, Maggie Gyllenhaal, Jena Malone, Holmes Osborne, Mary McDonell, James Duval.

Donnie es el perfecto chico americano, dotado de gran inteligencia e imaginación. Tras escaparse por los pelos de una muerte casi segura al caerle encima de su casa un motor perdido de un avión, comienza a experimentar alucinaciones que le llevarán a actuar como no lo había hecho jamás y a descubrir un mundo insólito a su alrededor.

Recién salido de la University of Southern, California, el año 1997, recibió tan sólo U$9000 para realizar su primer largometraje. Es así como Richard Kelly, director y guionista, tardo 3 años para entregarnos, por fin, su trabajo a través de esta tremenda historia de… ¿terror?... ¿ciencia ficción?... Lo cierto es que es una película que da para comentar horas y horas.

Tiene todas las características de una típica película “buena, pero no la entiendo”, sin embargo no es así. Cumple con todos los requisitos para estar en la cartelera de cualquier cine nacional, pero no lo está. ¿Por qué? Actuaciones sólidas. Una banda sonora al nivel de Angelo Badalamenti (Twin Peaks, Mulholland Drive) a cargo del gran Michael Andrews, y un guión simplemente perfecto, hacen de "Donnie Darko" una película necesaria, y que, sin entender, recién llega tímidamente en Junio de 2004 a la televisión por cable, Pero ¿Quién es Donnie Darko?

Donnie Darko (Jake Gyllenhaal) es el típico estudiante norteamericano introvertido que se reprende todo lo que dice o hace, asistiendo una vez por semana al psicólogo y consumiendo pastillas de “estrella verde”. Una noche, extrañamente, luego de una fría discusión de cena con su hermana Elizabeth (Maggie Gyllenhaal, hermana también en la realidad), abandona su pieza atraído por una voz que lo hace salir al jardín de su casa. Allí, un conejo (si, un conejo gigante), le dice cuánto falta para el fin del mundo, en el momento que una turbina de avión cae justo en su habitación deshabitada, destruyéndola por completo.

Al día siguiente, Donnie amanece sobre el césped de golf de su vecino Jim Cunningham (Patrick Swayze), con el tiempo restante impreso en su brazo… A partir de ese momento, comienza la cuenta regresiva y Donnie tendrá una misión, sin saber cuál es. Sus problemas se agravan debido a la constante visión de este conejo que lo induce a cometer malas acciones (malas?). Paralelamente, conoce a una anciana conocida del barrio, quien, al oído, le da consejos y lo induce a construir una máquina del tiempo (¿?). Mientras, Karen (Drew Barrymore), su profesora, siente que todo le sale mal, su polola (Jena Malone) tiene problemas familiares, su hermana chica es la estrella del grupo de baile del colegio, y un conocido charlatán de videos caseros sobre “ayuda emocional” -el mismo vecino de la cancha de golf- llega al colegio a enseñarle a Donnie que su único problema es el odio que le carcome el alma…

Una historia increíble (ambientada en 1988, con Tears For Fears a la cabeza), imposible de detallar más por razones obvias. Un final impresionante, que te invita a sacar tus propias conclusiones (ojo con la canción final “Mad World”), con una dirección más que respetable, con escenas notables, como el plano secuencia hacia el interior del colegio, o la conversación con Frank, el conejo, en la sala de cine. En fin, una pequeña “masterpiece” (como diría el crítico de algún diario gringo) que, a ratos -y me atrevo a decirlo- me recordó a David Lynch… eso si, guardando las proporciones.

Por Wladimyr Valdivia Westphal.


Trailer: