martes, 2 de septiembre de 2008

MIS MUJERES DE PELÍCULA: ASIA ARGENTO

Película: B. Monkey.
Dirección: Michael Radford
.
Elenco: Rupert Everett
, Jared Harris, Jonathan Rhys Meyers, Julie T. Wallace, Ian Hart.
Vista en: Noviembre de 2003.

Si existe una mujer en el mundo que mezcla perfectamente la sensualidad, la sexualidad y la hermosura, una mujer que puede enamorarte y destrozarte al mismo tiempo con sólo verla caminar delante de uno, una mujer que con sólo mirarla puede hacer especular a un hombre los pensamientos más pecaminosos y puros a la vez; esa mujer es Asia Argento, la exquisita hija del maestro Dario Argento, ícono y director transgresor del terror moderno.

La primera vez que vi a esta belleza italiana de 32 años fue en uno de esos días enclaustrados en la pieza debido a un resfrío fulminante, donde los únicos acompañantes solemnes y empáticos son los analgésicos, los pañuelos y la cama; y la única acción entretenida posible a realizar en ese funesto estado es ver una seguidilla de películas por televisión. Bueno, en una de esas tantas películas que uno mira sin parar, cambiando de canal y haciendo zapping, es que me encontré con un film llamado B. Monkey en el I-Sat. La película trataba de Beatrice (Argento), una joven de origen italiano, especializada en atracos a mano armada, que quiere dejar atrás una forma de vida que sólo le deja un enorme vacío. Entre sus colegas de trabajo es conocida como B. Monkey, pero cansada de ellos y de su mundo, se aferra al que será el inicio de una nueva vida: Alan (Harris), un tímido profesor de primaria que dirige un programa musical de radio en un hospital. Ambos se conocen en un pub y se enamoran de inmediato. Al principio todo parece ir bien, sin embargo, el pasado de Beatrice continúa persiguiéndola vaya donde vaya.


El flechazo fue directo y de entrada, en los primeros cinco minutos, bailando sensualmente con ese pelito teñido de rojo y esos ajustados pantalones de cuero; y el sentimiento fue creciendo a medida que avanzaba la película, ya con el pelo completamente de negro y vistiendo esos trajes provocadores que sólo a ella podían quedarle así de bien. Nota aparte merecen sus alucinantes ojos negros, su cautivadora boca y su perfecta nariz que terminan de definir ese delicado rostro que acentúa y reafirma sus innegables dotes italianos. Mentiría si dijera que las escenas de desnudos no ayudaron a conformar la imagen que retengo de Asia, ya que fueron el factor decisivo para que terminara de catalogarla como “musa personal”; pero como dije anteriormente, ella tiene la capacidad de hacer confluir todos los sentimientos en uno, casi al punto de idealizarla de una manera maniática.

Debo hacer hincapié en una escena en particular, que refleja exactamente lo que he querido plasmar durante toda esta entrega, y es la escena cuando por fin logran consumar su amor físicamente Beatrice y Alan, con Portishead como fondo musical y con París como el mítico escenario. La complicidad entre lo sensual y la hermosura de Asia Argento es sublime, y realmente fue el momento donde terminé por alucinar con ella.

La película finalizó, la pantalla de mi televisión mostraba los créditos finales en vez de la figura de Beatrice y yo seguía en cama resfriado y con 40º de temperatura, lo único diferente era que mi temperatura alta ya no era producto de la fiebre y el resfrío, sino que al infartante recuerdo de una inolvidable y seductora Asia Argento.




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1 Comentarios: Publicar un comentario

  • Anonymous Anónimo (5:14 p. m.)  

    te entiendo amigo. yo la conocí cuando escuche la cancion "je'taime moi non plus" de ella y brian molko. igualmente el flechazo fue instantaneo, solo que yo soy mujer y hetero, aunque no tendria ningun problema si de pronto asia entrara por mi puerta ;)